lunes, 1 de octubre de 2018

Una lengua que él hablaba, de Tomás Salvador, en la Fundación Segundo y Santiago Montes








Tomás Salvador González (Zamora, 1952) es autor de una variada y extensa obra poética que empieza en los primeros años 70 y todavía está en marcha. ‘Una lengua que él hablaba’ reúne todos sus libros de poemas de palabras, inéditos y publicados. La mirada a un exterior inmediato, en busca de elementos mínimos, pero suficientes, que sean portadores de alguna señal, es quizá una de las características fundamentales de la obra de Tomás Salvador González. Pero esa mirada no es neutra, además de sus capacidades escrutadoras, de disección, iluminadoras, de encuentro con la maravilla de lo cotidiano, lleva en sí una ternura que transforma lo visto en un canto agradecido a los sentidos. La armonía de tintes casi míticos de la escritura de Tomás Salvador González está habitada de tensiones que articulan lo material en una suerte de paisaje metafísico que le otorga un misterioso e inquietante halo. 




Entre quienes han leído y estudiado su obra, el concepto de “verdad” aparece una y otra vez. Es una obsesión callada para el autor, que ha de entenderse no como la búsqueda de una verdad con mayúscula, sino como fidelidad a la verdad más modesta de las cosas y los seres que pueblan los poemas. En este muestrario de epifanías de esta vida corriente llama la atención cómo el presente que ha propiciado el poema encuentra su raíz en un episodio, en una imagen del pasado. La poesía de T.S.G. aparece así como ayudamemoria que reúne la vida, los escenarios y los tiempos. 

Es también autor de la novela El territorio del mastín (Premio Narrativa Breve de la Editorial Juventud, Barcelona, 1995; reeditado en 2016 por la editorial Malasangre, Oviedo). Fue miembro fundador de la revista El signo del gorrión, a cuyo consejo de redacción perteneció durante sus diez años de vida. Como poeta visual ha participado en diversas carpetas y exposiciones.




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