Con ocasión de la fiesta hoy del Día del Libro, los libreros de Valladolid estaremos durante toda la jornada con nuestros puestos de venta bajo la marquesina de la Plaza de España. Destacamos desde este blog dos poemas, o mejor dicho, el poema Lamentación de Ariadna y fragmentos del largo poema titulado Amor sin fin, de la escritora nicaragüense Claribel Alegría, que falleció en enero del presente año.
Lamentación de Ariadna
No te pierdas, Teseo
vuelve a mí.
La playa está desierta
tengo los pies sangrientos
de correr en tu busca
¿será que me engañaste
dejándome dormida en esta isla?
Perdóname, Teseo
¿Recuerdas nuestro encuentro?
amor eterno me juraste
y yo te di el ovillo
y volviste a la luz
después de haber destruido
al minotauro.
¿Te secuestró algún dios
sintiéndose celoso?
No me inspiran temor
ni Poseidón
ni Zeus
es de fuego mi ira
y se alzará
desde estas aguas
hasta el cielo.
Vuelve,
vuelve, Teseo
no te pierdas
en los laberintos
de la muerte
anda suelto
el ovillo
de mi amor
atrápalo, Teseo
vuelve a mí
soy tu tierra
tu luna
tu destino.
Clava en mí tus raíces.
A continuación unos fragmentos de su poema Amor sin fin, donde expresa "lo que siento por las palabras, que no nos sueltan nunca".
es intangible
quisiera olvidarme
de que existo
de que apenas soy
un instrumento
de madera tosca
y voz opaca.
A veces
me conforta la tristeza
me confortan los ecos
de voces que van en estampida
y no escuché
jamás.
Se rompió el universo
en mil pedazos
este umbral un pedazo
un fantasma
con árboles,
dentro de mí su música
quisiera que mis labios
pronunciaran palabras
palabras inconexas
solitarias
y mágicas
palabras como hojas
para sombrear el hechizo
de estas ramas
que turban.
¿Serán amores muertos?
Me marea el silencio
cierro los ojos
sueño
otro sueño
en mi sueño
otra realidad
desconocida.
Volcanes de palabras
algunos lanzan fuego
otros lava
llegan hasta mis pies
las piedras ígneas
me arrodillo ante ellas
como ante un altar
son quizá los vestigios
de un mundo oscurecido
desamparadas criaturas
que hacen brotar"
Claribel Alegría. Estelí, Nicaragua, 1924-Managua, Nicaragua, 2018
(Les tomaron tan a trasmano, tan con el paso cambiado, que el espíritu de Centro y Sudamérica todavía sigue desconcertado)
ResponderEliminarLA MALDICIÓN DE MALINCHE
(Gabino Palomares 1.975)
Del mar los vieron llegar
Mis hermanos emplumados
Eran los hombres barbados
De la profecía esperada
Se oyó la voz del monarca
De que el dios había llegado.
Y les abrimos la puerta
Por temor a lo ignorado.
Iban montados en bestias
Como demonios del mal
Iban con fuego en las manos
Y cubiertos de metal.
Sólo el valor de unos cuantos
Les opuso resistencia
Y al mirar correr la sangre
Se llenaron de verguenza.
Porque los dioses ni comen
Ni gozan con lo robado
Y cuando nos dimos cuenta
Ya todo estaba acabado.
Y en ese error entregamos
La grandeza del pasado
Y en ese error nos quedamos
Trescientos años esclavos.
Se nos quedó el maleficio
De brindar al extranjero
Nuestra fe, nuestra cultura,
Nuestro pan, nuestro dinero.
Y les seguimos cambiando
Oro por cuentas de vidrio
Y damos nuestras riquezas
Por sus espejos con brillo.
Hoy, en pleno siglo veinte
Nos siguen llegando rubios
Y les abrimos la casa
Y les llamamos amigos.
Pero si llega cansado
Un indio de andar la sierra
Lo humillamos y lo vemos
Como extraño por su tierra.
Tu, hipócrita que te muestras
Humilde ante el extranjero
Pero te vuelves soberbio
Con tus hermanos del pueblo.
Oh, maldición de malinche,
Enfermedad del presente
¿Cuándo dejarás mi tierra..?
¿Cuándo harás libre a mi gente?
Gracias por esta aportación de un autor y una poesía que creo que es un cántico.
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