sábado, 4 de enero de 2014

Los lectores vienen desde lejos




Más de cinco siglos y medio nos contemplan desde esta pintura de Vincenzo Foppa. Ha cambiado el mobiliario, la vestimenta, acaso la clase social, probablemente el paisaje. Permanece el libro como soporte. No me cabe duda que también ha llegado hasta nuestros días el texto, sea cual fuere lo que el muchacho lea. Pero hay algo inalterable, algo que otorga actualidad y juventud a la tarea: la acomodación del cuerpo a la lectura. Ese ensimismamiento armonizado con la calma. ¿Leerá el libro hasta el final? ¿Hará paradas? ¿Se estirará para el reencuentro de su anatomía con el relato? ¿Pensará recomendarlo? Las respuestas en cualquier joven lector de ahora mismo. Tal vez tú, que lees esta entrada.



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