EL HOMBRE PEZ
La novela trata sobre la vida del famoso hombre pez de Liérganes, Francisco de la Vega. El argumento es sencillo: En el año 1679 unos pescadores de Cádiz capturaron en sus redes a un hombre desnudo que nadaba en alta mar con un grupo de delfines. Llevado a tierra, el hombre marino fue interrogado y sometido a exorcismo por el Santo Oficio, pero nada logró saberse de su vida. De sus labios sólo salió una palabra: Liérganes.
Cinco años atrás, un muchacho de esa villa de Cantabria que aprendía en Bilbao el oficio de carpintero y que era un excelente nadador, por motivos que nadie alcanza a comprender, se lanzó en la noche de San Juan a la ría del Nervión y se dejó arrastrar hacia el mar, de donde ya no regresaría.
Esa es la peripecia de la acción, pero, como dice el propio Abella, «la obra, además de referir sus aventuras en el mar y su captura en el golfo de Cádiz, también trata de la difícil infancia del protagonista, de las causas de su decisión, del olvido del idioma, y es una excusa perfecta para hacer un recorrido por la sociedad de la época y reflejar la miseria imperante en la España del Siglo de Oro...». En ese sentido la novela tiene más de un guiño a la literatura picaresca.
José Antonio Abella reconstruye literariamente la peripecia de Francisco de la Vega Casar, el hombre pez de Liérganes, con una cuidada prosa llena de evocaciones clásicas, cuyas andanzas llevaron al mismísimo padre Feijoo —intelectual ilustrado y modelo de racionalismo— a defender la veracidad de la historia y a dar como posible que pudieran existir seres de una naturaleza mixta, humana y anfibia.
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